Santa-Cruz

Una de las ventajas de este piso situado en el animado barrio de Malasaña es su gran terraza de más de 20 m². Parcialmente renovado en 2020, cuenta con bonitos detalles, pero también con varios problemas que sus propietarios desean resolver antes de la llegada de su segundo hijo: no tiene zona de comedor, el pasillo es largo y carece de carácter, la terraza está vacía, falta funcionalidad en la gran entrada y, en general, hay poca luminosidad.

Nuestra primera intervención consiste en amueblar y ajardinar la terraza, que en España fácilmente se convierte en una estancia adicional durante cinco meses al año. El segundo desafío es definir un espacio para comer. Cuando llegamos, había una voluminosa mesa redonda en la sala de estar que se movía constantemente. Nuestra propuesta es instalar un banco esquinero a medida con almacenamiento integrado para los juguetes de los niños y elegir una elegante mesa con cerámica imitación mármol de Calacatta, ideal para actividades manuales sin riesgos.

Con algunos puntos de luz adicionales, un espejo orientado hacia la terraza, la creación de un largo mural pintado por una artista, y un escritorio a medida en la entrada, este apartamento se transforma en un espacio más funcional donde cada metro cuadrado está optimizado.